Incomodidad y fatiga durante nuestra rutina de ejercicio, ¿debo seguir o detenerme?

Nota: este artículo no pretende servir o suplir consejo médico.

En algunas ocasiones durante las rutinas de ejercicios, que pueden ir desde yoga, pilates, pesas, correr, entre otras, podemos sentir incomodidad o fatiga en nuestros músculos o articulaciones.

Pero, ¿debemos detenernos cuando sentimos una señal de incomodidad?

La respuesta a la preguntar anterior no es sencilla porque dependerá de cada persona, su entrenamiento, sus metas, sus condiciones físicas, pero sobre todo dependerá de lo que indique el médico personal de cada uno.

Existirán molestias de casos leves y otros no tantos, que pueden ir desde músculos mallugados hasta lesiones en las articulaciones como hombros, caderas, rodillas, etc.

El dolor suele ser una advertencia de nuestro cuerpo, por ello cuando nos quemamos con un objeto caliente sentimos dolor para alejarnos de aquello que nos está hiriendo, cuando hacemos ejercicios físicos, podríamos experimentar dolor, incomodidad o fatiga en nuestros músculos o articulaciones, esto puede implicar que: 1. hemos ido demasiado lejos, es decir, hemos sobrepasado nuestra capacidad, 2. hemos ido demasiado rápido, o 3. suframos de algunas otras aflicciones que deberemos consultar con los profesionales de la salud cuando estas persistan, entre otras.

A veces, en miras de alcanzar una meta, por ejemplo: alzar cien libras en sentadillas, correr diez kilómetros o hacer el split, olvidamos escuchar las señales de nuestro cuerpo, y podemos terminar con lesiones.

Pero también es importante tener en cuenta que muchas veces la cultura actual nos empuja a seguir y seguir, incluso cuando sabemos que existen señales de incomodidad dándonos aviso de que estamos excediéndonos.

Con este artículo intento llamar un poco la atención al hecho de que quizás debamos comprender que nuestro cuerpo tiene límites, y que podríamos estar sobrepasándolos.

Está bien si tenemos metas y queremos arriesgarnos un poco en nuestras rutinas de ejercicios físicos, repito es una decisión personal, pero cuando la tomemos podríamos reflexionar sobre el sacrificio que estamos haciendo y preguntarnos: ¿qué estamos arriesgando al corto o largo plazo? A veces la respuesta no la encontraremos de inmediato, sino en el futuro que puede ser lejano cuando nuestro cuerpo empiece a sentir un desgaste anticipado en nuestros músculos o articulaciones.

El cuerpo podría verse como una máquina que se desgasta según el uso que les demos, un carro pudo haber recorrido 100, 10,000 o 50,000 kilómetros en el período de un año, pero en definitiva el desgaste del carro no será el mismo, si el auto estuvo sin uso se podrían averiar piezas, y al contrario si se usó en exceso se desgatarán algunas piezas antes del tiempo indicado.

Los humanos necesitamos el movimiento, es vital para nuestra existencia, pero también debemos ser conscientes que nuestra forma y cantidad de movimiento tiene límites, y que debemos tomar conciencia sobre las señales que nos envía nuestro cuerpo, ya sea que estemos haciendo muy poco o demasiado. El balance, la moderación y no los excesos, es importante, incluso en los ejercicios, en mi caso intento buscarlo, aunque reconozco no es tarea fácil. Así, la próxima vez que estemos haciendo sentadillas con cien libras o corriendo diez kilómetros, y nuestro cuerpo nos envíe una señal de incomodidad, podemos detenernos un momento, meditar y decidir si podríamos remplazarlo de alguna manera: alzar cincuenta libras en lugar de cien o caminar tres kilómetros en lugar de correr diez, incluso pensar en detenernos y consultar con un especialista.

Por cierto, si te han gustado mis post puedes suscribirte a mi blog dando clic aquí.