Por qué nuestras niñas necesitan un padre feminista
- Ericka Gonzalez
- 29 jun 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 4 jul 2020
Siempre me he considerado afortunada, no todos en el mundo tenemos la suerte de nacer rodeados de personas amables y con buenos valores, y con esto no te digo que las personas con las que crecí, me cuidaron y me rodean en la actualidad sean perfectas, por supuesto que no, defectos tienen y muchos como yo, a veces ellos me fallan y a veces yo a ellos, pero es que así somos, es parte de nuestra naturaleza.
Tengo una madre sumamente trabajadora y amorosa que ha hecho de mí una persona que se siente feliz una gran parte del tiempo con lo que es, y sí lo diré, como dicen muchos: es que simplemente me tocó la mejor madre.
Pero también tuve la suerte de tener un padre grandioso que me cuido y crío, pero que además de todo es super hiper feminista, creo que sin darse cuenta él es más feminista que mi madre y muchas de mis amigas.
Recuerdo desde pequeña verlo diciéndome: «usted trabaje por lo suyo», y luego también como se empeñó para que viera la película llamada «En el tiempo de las Mariposas», que narra la vida de las tres hermanas Mirabal que vivieron durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, en República Dominicana, y como a raíz de la infamia que se cometió contra ellas se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, trabaja Salma Hayek y Marc Anthony, si no las has vito, ¡qué esperas!, es buenísima.
Mi padre también me ánimo a hacer deporte, y nunca me habló de que él hubiera deseado un hijo varón, él es feliz entre sus niñas, también siempre nos decía como le molestaba escuchar a otros hombres decir lo mucho que hubieran querido un hijo varón, como si no les bastara con sus hijas mujeres.
Mi padre me enseñó a ser feminista sin utilizar el término feminista, no recuerdo una sola ocasión en que me dijera: «Ericka debes ser feminista» o «yo soy un padre feminista», por el contrario, él me enseñó a serlo con sus acciones y con la información que me suministraba como la película de las hermanas Mirabal, entre otros documentales. Él me decía que aparte de nuestras hormonas, hombres y mujeres somos lo mismo: humanos, y de hecho con el mismo intelecto.
Ser feminista no es la cansina idea de que son mujeres reprimidas o que el movimiento feminista quiere matar a los hombres, o quién sabe que otros estereotipos, hemos condenado demasiado tiempo este movimiento. Los feministas más efectivos son aquellos que son como mi padre, aquellos que aplauden a las grandes líderes que son mujeres en el mundo, y que desprecian la violencia física contra las mujeres por el solo hecho de ser mujer.
No podemos quedarnos con los viejos estereotipos, necesitamos entender que hombres y mujeres deben tener los mismos derechos. No podemos dejar de identificarnos con la causa solo por estereotipos errados de que las feministas van a destruir a los hombres, por el contrario, debemos buscar la igualdad, debemos seguir luchando hasta que en todos los rincones del mundo las mujeres tenga los mismos derechos: a voto, a igualdad salarial, a tener las mismas profesiones que los hombres, y a qué no sean maltratadas por ser mujeres, entre otros.
El mundo necesita no un solo tipo de feministas, sino de muchos tipos, y en especial necesita de padres feministas, que apoyen a sus hijas y que crean en ellas, siempre recuerdo ver a mi padre orgulloso en mis partidos de baloncesto, y feliz de que su hija, una mujer, estaba participando en los juegos, ese tipo de acciones tuvo un impacto tremendo en mí.
Confieso que yo no formo parte de grupos feministas, ni voy a conferencias similares, quizás más adelante lo haga, pero nunca lo he hecho, pero no por ello no soy feminista, yo lo soy y mucho, en la forma que me lo enseñó mi padre, apoyando a la mujeres, animando a mis amigas mujeres, dando este mensaje a otras personas, teniendo una profesión que también pueden ejercer los hombres, existen muchas formas de ser feministas, y todas absolutamente todas son importantes.
Comprendí la importancia de ser feminista un día que vi un video de Melinda Gates acerca del trabajo que la Fundación Gates realiza en la educación de las niñas en los lugares más probres de la India. Hoy día ser feminista es una obligación para el progreso, yo amo leer historia, y te diré a excepción de algunos países en el mundo, la humanidad nunca había vivido un período de paz como ahora, hubieras nacido en la época que hubieras nacido desde hace 70 años atrás habrías vivido en mundo lleno de mucha crueldad, y no es que todavía estemos libres de crueldad, no somos perfectos, aún nos falta mucho por mejorar, pero antes era bastante malo, solo con leer de los imperios mongol, romano, británico, aztecas tienes para que tengas una idea de cómo vivieron las sociedades de tus antepasados.
El mundo progresa desde que las mujeres tienen más acceso a los puestos políticos importantes, desde que acceden en más igualdad que los hombres a los grandes cargos de empresas. Solo basta ver aquellos países donde las mujeres son oprimidas constantemente, lo mal que viven sus habitantes, en cambio aquellos países en donde la libertad femenina es creciente como en Europa sus ciudadanos tienen mejor calidad de vida.
No me mal intérpretes, no he dicho que los hombres no deban estar en puestos importantes, solo he dicho que debe haber un balance donde todos puedan acceder para que la calidad de vida de las personas mejore.
Mi mensaje con estas líneas viene así: necesitamos más hombres apoyando a sus pares femeninas, y si eres padre enséñales a tus hijas e hijos a ser feministas, pero hagámoslo sin los viejos estereotipos, enseñemos acerca de la igualdad, y si aún no eres feminista conviértete en uno, la palabra «feminista» es solo semántica, existen muchas formas de ayudar a las mujeres, recuerda en muchos lugares del mundo todavía existen muchas formas de violencia y discriminación en contra de las mujeres, el triste caso de Malala que fue herida en la cabeza por querer ir a la escuela, o las niñas secuestradas de Nigeria en el 2014, o más cerca nuestra amiga o vecina que no gana igual salario que su par hombre o aquella que es maltratada por su pareja, todos los días, dando el ejemplo y educando a los pequeños podemos tomar acción, no permitas que volvamos a épocas crueles del pasado, sigamos avanzado, sigamos progresando.
Finalmente, unas líneas de agradecimiento a mi feminista favorito: a mi papá.
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