Porqué no me gusta el término Ateo de forma absoluta
- Ericka Gonzalez
- 29 may 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 jun 2020
La palabra ateo de acuerdo con el diccionario de la real academia de la lengua española se define de la siguiente forma: «Que niega la existencia de cualquier dios».
El origen etimológico de la palabra proviene del latín atheus, y este a su vez del griego, que significa sin dios, utilizado en esa época para las personas que negaban la existencia de las deidades de sus sociedades, tales como: Zeus, Athenas, entre otros y hoy día el Dios cristiano, etc.
De forma general en nuestra sociedad, entendemos en la mayoría de los casos, al igual que en el pasado, que los ateos son personas que no creen en deidades de cualquier tipo, ya sean estas pasadas o presentes.
Ahora, ¿por qué no me parece tan apropiado que este término se use de manera general?
En el mundo actual, con la idea de los derechos humanos se permite la libertad de religión, es decir, la facultad de todas las personas de elegir los dogmas religiosos en que deseen practicar, por ejemplo, existen muchas ramas del budismo que incluso siendo religiones no tienen como fundamento de su fe un dios, sin embargo, reúnen todos los requisitos para que los que practiquen dicha religión sean considerados tan religiosos como los cristianos o judíos, es decir, son religiones no teístas.
Esto es algo muy positivo, puesto que no se le impone una religión a una persona como se hizo en el pasado, algunos casos son los ejemplos que se dieron durante la edad media a través de los inquisidores, en un Estado de derecho cada quien es libre de practicar los dogmas religiosos con los que más cómodo se sienta.
Por el otro lado, existen religiones como las que profesaron los antiguos vikingos, mesoamericanos, romanos y en la actualidad, cristianos, judíos, etc., que a diferencia del budismo, contienen dentro de sus órdenes religiosas la existencia de un dios o varios dioses.
Por ello, para algunos de los ateos actuales no se trata de que se practique una religión con o sin dios, sino más bien de que estos no son parte de ninguna religión, y tampoco creen en dioses. Otra forma hacer alusión al término podría ser: «no-religioso, sin religión», aunque esto también podría entrar en debate, ya que algunos no religiosos podrían aducir que no practican ninguna religión, pero creen en un dios.
Es cierto que la mayoría usa el término de ateo para efectos prácticos, de esa manera no se tienen que exponer todas las ideas que señalo en este artículo, pero es bueno tener en cuenta que esto no necesariamente es un término que este empleado de forma correcta para aquellos que sean no-religiosos y ateos al mismo tiempo, en el tecnicismo del significado de las palabras pueden surgir diferentes interpretaciones.
Algunos no-religiosos tienden a criticar duramente a los religiosos, lo cual forma parte de su libertad de expresión, uno de los derechos que más ha dado paso a la modernidad, siendo así, es importante la tolerancia, cuando una persona reniegue o critique religiones, dios y/o dioses está ejerciendo su derecho de libertad de expresión, y corresponde a cada persona decidir si lee y escucha esa opinión o si por el contrario se aleja de esas opiniones.
En el mismo sentido de tolerancia, es importante respetar el derecho de las personas de reunirse libremente a practicar sus dogmas religiosos, y aquellos no-religiosos no podrán restringir este derecho. Es decir, el no-religioso tienen tanto derecho como el religioso de irse y no escuchar o presenciar doctrinas religiosas.
Ninguno de los derechos se contradicen si existe tolerancia, si entendemos que en un estado derecho podemos optar por alejarnos y no ser participe o escuchar aquello que nos desagrada, siempre que se respete la dignidad humana.
Al final, es bueno entender que sobre todas las cosas, cuando hablamos de ellos y nosotros, y esto puede aplicar tanto a los religiosos y no religiosos, como a los nacionales y extranjeros, europeos y asiáticos, los hombres tendemos a pensar de ellos y nosotros, cuando en realidad no somos diferentes, y es que apenas damos el primer respiro hemos nacido para morir, poco importará si eres religioso o no, si eres americano o australiano, si eres el presidente de los Estados Unidos de América o si tu trabajo es el de un contador en tu supermercado local, la muerte nos pondrá a todos en un plano de igualdad.
Así, aun cuando nos identifiquemos como nosotros y ellos, en realidad somos todos, religiosos, ateos, no-religiosos, estas son creencias que son parte de nuestros pensamientos no significa que nosotros seamos nuestros pensamientos, porque eventualmente podremos cambiar nuestras decisiones, hoy soy católico mañana evangélico, o no-religioso vuelto religioso o viceversa, pero aunque sucesivamente vayas cambiando tus pensamientos o creencias siempre serás tú: humano.
Por cierto, si te han gustado mis post puedes suscribirte a mi blog dando clic aquí.

Comments