Las metas NO sirven. ¿Debo dejar de hacer las listas de metas?
- Ericka Gonzalez
- 28 may 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 27 jun 2020
En algún momento de nuestras vidas, muchos de nosotros hemos hecho nuestra lista de fin de año con las metas que deseamos cumplir para el año nuevo.
También hemos escuchado o leído libros acerca de la importancia de tener metas y escribirlas. Muchos de estos motivadores y autores sugieren que se pueden realizar las metas de acuerdo a los diferentes aspectos de nuestra vida: social, económica, familiar, físicas, etc.
Pero, ¿por qué no podrían ser tan efectivas las metas?
Existen otros autores que sugieren que las metas no necesariamente te llevan a alcanzar aquello que deseas en tu vida, algunos de los que podría mencionar son: Scott Adams con su libro «Cómo fracasar en casi todo y aun así triunfar: Algo así como la historia de mi vida», y James Clear a través de su libro «Hábitos Atómicos», ambos establecen que las metas no son tan efectivas, y que lo que realmente importa son los sistemas.
Los que apoyan esta teoría señalan que incluso aquellos que hacen listas de metas y son exitosos, realmente las alcanzas a través de los sistemas que emplean en el día a día para llegar a aquella meta.
Por ejemplo, establezcamos una meta en específico: «deseo tener un abdomen plano y marcado para el siguiente año», esa sería tú meta. Ahora digamos, que no tienes la meta, y que simplemente ese año conociste a un amigo que está en excelente forma física, que te dice que te va a ayudar, y te entrega una dieta rigurosa en la que cuentas las calorías que ingieres todos los días para asegurarte que estás comiendo las proporciones indicadas de acuerdo a tu peso, y te dice que además deberás asistir al gimnasio cinco días a la semana, así que tú te inscribes en el gimnasio, y sigues la dieta y los ejercicios en un 90% de lo que te recomendó tu amigo, ¿lograrías la meta aún cuando no hubieras pensado en ella?
Es muy probable que sí. Si seguiste la dieta indicada para ponerte en el déficit calórico adecuado para ti e hiciste ejercicio cinco veces a la semana la mayor parte del año, tienes altas probabilidades de que tu abdomen se marque. Claro este es un ejemplo muy generalizado, porque puede variar de persona a persona, si esa persona tenía demasiado sobrepeso o tenía lesiones, entre otros factores, pero creo que tomas la idea general.
En lo personal, yo uso las metas, me gusta alcanzar aquello que me propongo, pero he dejado de enfocarme en ellas, pienso que las metas son buenas porque nos indican a donde dirigirnos, pero he dejado de pensar en las metas de forma absoluta porque me limitan, te pongo otro ejemplo: «mi meta es bajar de peso, veinte libras», esa es una meta muy específica que puedo alcanzar quizás con facilidad o no, así que para lograrlo me puedo enfocar en una dieta extremadamente rigurosa que me hará infeliz, como dejar de comer todo tipo de azúcar y carbohidratos, este sistema me llevará a alcanzar mi destino final, pero cuando lo alcance todo habrá terminado si me enfoque solo en ella, puede que cuando baje el peso que deseaba, vuelva a comer desenfrenadamente y se produzca un efecto rebote, mientras que si hubiera escogido enfocarme en un sistema que me ayude a bajar de peso a través de una dieta que pueda mantener por el resto de mi vida, estaría dirigiendo mi atención al sistema y no a la meta, esta vez no trato de alcanzar algo, sino de aprender a aplicar el sistema hasta volverlo un hábito y poder utilizarlo el resto de mis días.
Esa es una gran desventaja de las metas: te pueden limitar. Si la alcanzas no tendrás a donde más ir, son momentáneas, por ello, aunque las metas te dirigen a un lugar, es más importante pensar en el sistema que utilizarás para alcanzar esa meta y asegurarte que ese sistema lo podrás aplicar día a día, y con el transcurrir del tiempo no tendrás que pensar en hacerlo, simplemente lo harás por inercia, porque se ha vuelto un hábito.
Otra ventaja de enfocarte en los sistemas, que me parece muy interesante y que menciona James Clear, en su libro, es que las metas no son un gran diferenciador entre ganadores y perdedores, todos los equipos de la NBA desean ganar el campeonato, pero solo uno lo logrará, todos absolutamente todos, tanto los equipos ganadores y perdedores tenían las misma meta, visto ello, la meta no pudo ser el factor determinante para que el equipo campeón ganara, definitivamente lo que diferenció al campeón estaría más en el sistema que emplearon: el entrenamiento efectivo que realizaron para mejorarse en el día a día, esto y no la meta fue lo que probablemente los hizo superiores a los demás. Y sí ya sé que también pudo ser suerte, pero ten en cuenta que cuando de suerte se trata las probabilidades de que toque tu puerta incrementan cuando tú la buscas, es decir, cuando trabajas poco a poco un día a la vez, y lo repites todos los días.
Así, te propongo que la próximas vez que desees alcanzar algo, experimentes e intentes enfocarte más en el sistema que usarás para alcanzar esa meta, y tengas esta última como un norte.
Por cierto, si te han gustado mis post puedes suscribirte a mi blog dando clic aquí. Y si te ha gustado este artículo no olvides compartir.

Comments